¿Qué es una nube distribuida?

Una nube distribuida es una forma de cloud computing en la que una empresa utiliza la infraestructura de nube pública en varias ubicaciones geográficas, mientras que las operaciones, el control y las actualizaciones se gestionan de forma centralizada por un único proveedor de servicios de nube pública. La distribución de servicios en la nube puede ayudar a las organizaciones a cumplir los objetivos de rendimiento de las aplicaciones y tiempo de respuesta, edge computing, requisitos normativos u otras demandas que se pueden satisfacer proporcionando servicios en la nube desde ubicaciones más cercanas a los usuarios finales y los dispositivos. El uso de cloud computing distribuido está impulsado por el aumento de las redes del Internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial y otros casos de uso que deben procesar grandes cantidades de datos en tiempo real.

En la infraestructura de nube distribuida, toda la pila tecnológica de un proveedor de nube pública se distribuye a diferentes ubicaciones, dondequiera que el cliente la necesite. Esto puede incluir ubicaciones locales en el propio centro de datos o nube privada del cliente, o en centros de datos o centros de coubicación de terceros en todo el mundo, todo ello gestionado desde un plano de control central. Esta arquitectura distribuida proporciona un mayor control sobre la ubicación de los datos para cumplir los requisitos normativos. También permite a los proveedores de nube ofrecer datos desde ubicaciones más cercanas a los usuarios, lo que mejora el rendimiento de las bases de datos en la nube, las aplicaciones y medios de streaming.

• Menos latencia. Al acercar las tareas de procesamiento a los usuarios finales, los servicios distribuidos en la nube pueden minimizar la latencia y aumentar la capacidad de respuesta de las aplicaciones.
• Mayor escalabilidad. La arquitectura de nube distribuida facilita a las organizaciones la expansión rápida a ubicaciones en el Edge sin necesidad de crear nuevos centros de datos.
• Mayor visibilidad. Las organizaciones pueden utilizar una única consola para gestionar y supervisar la actividad dentro de la infraestructura multinube y de nube híbrida que forma una nube distribuida.
• Mayor fiabilidad. Los sistemas distribuidos son inherentemente más tolerantes a fallos y ofrecen una mayor redundancia. Si los servicios en la nube de una ubicación se desconectan, las organizaciones pueden seguir accediendo a los servicios en la nube desde otras ubicaciones distribuidas.

• Problemas de seguridad. Con los datos y la infraestructura distribuidos por todo el mundo, la gestión de los datos y la seguridad de la red en la nube puede ser más difícil.
• Copias de seguridad. Realizar copias de seguridad y recuperar datos de una arquitectura distribuida puede ser más complicado, ya que muchas normativas exigen que los datos permanezcan en ubicaciones específicas.
• Disponibilidad. Las distintas ubicaciones de un entorno de nube distribuido pueden tener diferentes modelos de conectividad y capacidades, lo que limita el ancho de banda y requiere actualizaciones para conexiones más lentas.
• Complejidad. Los sistemas informáticos distribuidos son más difíciles de implementar, mantener y solucionar que las implementaciones centralizadas de cloud computing.
• Coste. Los sistemas de cloud computing distribuidos requieren una mayor inversión por adelantado, y añadir capacidad para aumentar el procesamiento puede aumentar el gasto inicial.

Algunos casos de uso comunes para nubes distribuidas son:

• Redes de IoT y aplicaciones de aprendizaje automático. Tecnologías como los coches autónomos, las imágenes de atención sanitaria, los edificios inteligentes y los análisis en tiempo real se benefician de la baja latencia que puede ofrecer una nube distribuida.
• CDN en la nube. Las nubes distribuidas pueden impulsar una red de distribución de contenido (CDN) para mejorar la experiencia del usuario en el streaming de vídeo y otros contenidos multimedia de gran ancho de banda.
• Cumplimiento de normativas. Las nubes distribuidas facilitan el cumplimiento de las normativas de privacidad de datos que exigen que los datos de los clientes se restrinjan a áreas o países específicos.

El Edge computing es la práctica de procesar datos y cargas de trabajo en ubicaciones que están físicamente cerca de los usuarios finales y los dispositivos que los producen o requieren. Esta proximidad ayuda a reducir la latencia para las aplicaciones en las que se deben procesar grandes volúmenes de datos a altas velocidades o en tiempo real. Las nubes distribuidas permiten las iniciativas de Edge computing al facilitar la implementación y la gestión de las aplicaciones en el Edge.

El fog computing es un modelo descentralizado de cloud computing en el que los datos, los recursos informáticos, el almacenamiento y las aplicaciones se encuentran entre la fuente de datos y la nube, aunque no tan cerca de los usuarios finales como en el Edge Computing. El fog computing se considera una extensión del cloud computing en la nube.