¿Qué es la optimización de la nube?

A medida que cada vez más empresas migran datos, aplicaciones, almacenamiento e infraestructura a la nube, la optimización de la nube es clave para garantizar el máximo rendimiento, al tiempo que se reducen los residuos y se minimizan los costes. Pero, ¿qué es exactamente la optimización de la nube y cómo pueden las empresas optimizar mejor sus implementaciones de nube para evitar la "proliferación de la nube" y maximizar el valor de sus inversiones? Esta breve introducción proporciona una definición de la optimización de la nube y una descripción general de las ventajas, técnicas y prácticas recomendadas de la optimización para la gestión de costes de la nube.

La optimización de la nube, u optimización de los costes de la nube, es el proceso de determinar la mejor forma de elegir y asignar recursos de nube para maximizar el rendimiento, reducir el desperdicio y minimizar los costes. La optimización de la nube es el antídoto contra la proliferación de esta: la propagación incontrolada de instancias, servicios o proveedores de nube en toda una organización.

Las organizaciones suelen aprovisionar la infraestructura de nube, incluidos los recursos informáticos, el almacenamiento y la red, para satisfacer las necesidades de una amplia gama de aplicaciones y cargas de trabajo. El objetivo de la optimización es proporcionar la cantidad y el tipo ideales de recursos de nube para cada carga de trabajo de aplicación, y nada más. El aprovisionamiento excesivo de los recursos o la alineación incorrecta de los recursos con las cargas de trabajo en última instancia conlleva un desperdicio adicional y un coste adicional. Debido a que las necesidades de los flujos de trabajo y las aplicaciones evolucionan constantemente, la automatización y el aprendizaje automático son fundamentales para los esfuerzos de optimización.

Entre las estrategias comunes para optimizar los recursos de nube se incluyen:

Dimensionamiento adecuado de los recursos en la nube. La adaptación correcta del tamaño y el tipo de instancias de cloud computing a las necesidades de las cargas de trabajo puede reducir los costes y, al mismo tiempo, mejorar el rendimiento de las aplicaciones.

Escalabilidad automática. Al escalar automáticamente los recursos a medida que cambian las necesidades de las aplicaciones y las cargas de trabajo, las organizaciones pueden asegurarse de que solo utilizan y pagan las instancias de nube que son esenciales para el rendimiento.

Eliminación de recursos no utilizados. La evaluación periódica de las implementaciones en la nube y la eliminación de los recursos no utilizados es clave para la optimización. Después de identificar los recursos infrautilizados o inactivos, los equipos de TI pueden consolidar los recursos para eliminar el desperdicio.

Reducción de los costes de transferencia de datos. Trasladar los datos a y desde las nubes públicas puede resultar costoso, y evitar transferencias innecesarias puede ayudar a minimizar los gastos de la nube. Reduzca los costes evaluando las tarifas de transferencia de datos, minimizando el número de transferencias de datos y adoptando métodos para acelerar de forma segura el movimiento de datos.

Aprovechamiento de las instancias de spot. Como las compras de última hora, las instancias de spot suelen estar disponibles a precios bajos y pueden ser una opción rentable para determinadas cargas de trabajo.

Solucione las anomalías. Las sólidas funciones de supervisión que van más allá de los paneles tradicionales pueden ayudar a detectar anomalías en los picos en tiempo real, lo que permite a los equipos de TI aplicar correcciones que pueden reducir los costes de forma significativa.

Aplicación de descuentos. Muchos proveedores de nube ofrecen descuentos en las instancias reservadas: recursos de nube que las empresas reservan durante un periodo de tiempo. Cuanto más largo sea el período de reserva, mayor será el descuento. Garantizar que las instancias reservadas se utilizan de forma eficiente puede ayudar a reducir los costes y optimizar el gasto de la nube.

Alrededor del 94 % de las empresas utilizan actualmente servicios en la nube. Sin embargo, sorprendentemente, 7 de cada 10 organizaciones no están seguras de a dónde va su gasto en la nube, lo que revela la dificultad que tienen muchos equipos de TI a la hora de optimizar los recursos de nube.

Las organizaciones y los equipos de TI suelen seguir estos pasos al optimizar los entornos de nube:

Identificar las cargas de trabajo. La optimización comienza por identificar las cargas de trabajo y las aplicaciones adecuadas para la nube, y por darse cuenta de que no todas las aplicaciones se beneficiarán de la migración a la nube.

Seleccionar los recursos adecuados. Los equipos de TI deben adaptar los recursos de nube y el almacenamiento a las necesidades de las cargas de trabajo, invirtiendo solo en las soluciones y el espacio necesarios para mejorar el rendimiento.

Supervisar el uso. Supervisar y revisar regularmente los datos de uso de la nube puede ayudar a reducir el desperdicio y evitar picos imprevistos.

Optimizar. Con datos obtenidos de la supervisión del uso de la nube, los equipos de TI pueden ajustar el gasto en la nube para garantizar recursos óptimos para cada carga de trabajo.

Considerar los servicios gestionados. En muchos casos, un partner de nube que ofrece servicios gestionados puede ofrecer experiencia, sistemas y procesos que pueden ayudar a los equipos de TI a gestionar los requisitos de nube de forma más eficiente.

Cuando los recursos de nube se optimizan de forma eficaz, las organizaciones y sus equipos de TI pueden alcanzar varios objetivos clave.

Gestión de costes. Cuando los equipos de TI pueden reducir el desperdicio y eliminar el aprovisionamiento excesivo de recursos de nube, el ahorro de costes es un resultado directo.

Eficiencia mejorada. La eliminación del desperdicio de recursos en la nube ayuda a mejorar la eficiencia de las implementaciones en la nube, así como de los equipos de TI que las gestionan.

Mejor productividad. Las implementaciones de nube optimizadas mejoraron la productividad de los equipos de TI, que pueden dedicar menos tiempo a la resolución de problemas y la gestión de recursos de nube, y más tiempo a la enseñanza de prioridades.

Mayor visibilidad. El proceso de optimización de los entornos de nube adopta técnicas de análisis que ofrecen una mayor visibilidad del uso de la nube, lo que también proporciona a los equipos de TI una mayor visibilidad y claridad sobre el gasto en la nube.

Buscar constantemente residuos y recursos mal gestionados. Aunque poner en marcha instancias en la nube es increíblemente fácil, también es fácil olvidar retirarlas cuando ya no se necesitan. La revisión regular del uso de los recursos es la mejor manera de garantizar que las empresas no estén pagando por los recursos que no están utilizando.

Obtener una mayor visibilidad. A medida que aumenta la demanda de servicios en la nube y los costes comienzan a aumentar, es fundamental tener visibilidad sobre dónde van los gastos y el valor empresarial que proporcionan. Es esencial disponer de información detallada sobre el rendimiento de las cargas de trabajo y el gasto en recursos de nube.

Planificar la resiliencia. Una arquitectura de nube resiliente gestionará una gran variedad de problemas y fallos, como interrupciones de la red, ciberataques, áreas operativas, fallos de hardware y desastres en el centro de datos.